Es importante mantenerlos lejos de la luz y del calor. Deben estar bien cerrados. Lo mejor es tenerlos en un lugar fresco/frío y obscuro. No los tengas en el baño porque el vapor que se libera al bañarse puede dañarlos.
Si vives en un lugar cálido es mejor que los conserves en el refrigerador, pero antes colócalos en un recipiente obscuro para que cuando abras el refrigerador no se expongan a la luz. Recuerda que el calor, el aire y la luz ultravioleta deterioran los compuestos activos de los aceites esenciales.